miércoles, 27 de octubre de 2010

¿Quién va a ganar con la venta de ebooks?


Publica David Soler (@dsoler) en linkedin una referencia sobre la piratería de libros electrónicos en Estados Unidos. “La descarga de libros electrónicos hace perder a la industria editorial americana más de 2.800 millones de dólares” reza el titular. Entre 1,5 y 3 millones de usuarios se han descargado algún tipo de libro de forma gratuita.
Esta situación se da en un país, como es Estados Unidos, donde la venta de ebooks está canalizada principalmente por Amazon. Esta empresa reconocía este verano que sus ventas de ebooks superaba al formato papel. Amazon ha conseguido vender más de un millón de libros de la saga “Crecúspulo”. Junto con el crecimiento de Amazon, Apple lanzó su iPad y logró una penetración histórica de otro dispositivo que, aunque no es un lector propiamente de libros, una de sus utilidades es facilitar al lector la lectura de libros electrónicos. Los lectores y las aplicaciones para leer libro se han hecho compatibles, así Amazón lanzó su propio app para el iPad facilitando el acceso a su tienda virtual. Apple puso en marcha su app iBooks, donde los contenidos del libro en español brillan por su ausencia. Más de un usuario se pregunta dónde están los libros electrónicos en español. Su oferta es casi inexistente y, además, parece que esta va a ser la tendencia desde el nacimiento de Libranda.
Por el contrario, el mercado de dispositivos, tablets y lectores de libros electrónicos, parece que va a vivir una eclosión en los próximos meses con el lanzamiento de todo tipo de gadgets. ¿Qué van a leer los usuarios en español? Acceder a libros pirateados en español es relativamente fácil. Bajarse 3000 libros bastante actuales, no cuesta más de media hora y no ocupa más de 2 GB.
El mercado editorial sigue preocupado en como salvaguardar su contenido en una guerra que tienen perdida desde el inicio. Del gasto que puede hacer un buen lector de libros que decide pasarse al ebook va a perder aproximadamente un 50%, en número groseros. Me explico, si un lector se gasta actualmente unos 300€ al año comprándose unos 15 libros, al pasarse al mercado electrónico hace una inversión de unos 150€ de media en el lector y con un precio medio de 10€ por libro, vuelve a comprarse los 15 libros que compraba habitualmente. El primer año, la industria editorial acaba de perder el 50% de su ingreso a favor de la industria de lectores. El gasto del cliente final se mantiene. El año 2, nuestro lector sólo compra libros, por lo que su consumo total disminuye, aunque las estadísticas hablan de que en los lectores se incrementa la lectura, por lo que podrán aparecer incrementos en la industria editorial, pero conforme migren los lectores papel al formato electrónico el “gap” irá en aumento. El lector se verá obligado a comprar un nuevo lector cada dos años, las prestaciones de los nuevos soportes serán tan sumamente atractivas que la industria de lectores se convertirá en algo tan dependiente como la de televisores, ordenadores, etc..
Además si no existen contenidos, el usuario del nuevo lector empezará a acostumbrarse a buscar ebooks gratuitos en internet, por lo que será difícil que vuelva a plantearse consumos altos con la industria editorial.
En mi opinión, el ganador de todo este proceso va a ser la industria de los lectores, como lo pasó en la música. Avalado en la existencia de contenidos gratuitos (es increíble la cantidad de ebooks que se pueden encontrar) y en la pasividad de la industria editorial. Si, además, el productor de lectores, es distribuidor de contenidos, los monopolios o cuasimonopolios que se van a generar en este sector, llevarán a un nuevo concepto de la industria editorial. Pero lo que está claro es que las cuentas de resultados de muchas editoriales se van a ver afectadas y que los canales tradicionales -librerías- van a disminuir sus puntos de ventas. Como se dice en España, se pueden ver los toros desde la barrera o torear, ¿en qué lado te vas a quedar?

6 comentarios:

  1. Fernando,
    Gracias por la mención.
    Muy buen análisis. No me queda casi nada por comentar. Solo podría decir que cuanto más tarde la industria en ofrecer contenidos (asequibles, encontrables y conseguibles) más están atizando la descarga "ilegal" y educando al lector a que esa descarga es más fácil y rápida.

    Y la industria en general o se reconvierte o la reconvierten. Creo que no queda otra salida.

    Pero en fin, doctores tiene la iglesia, no?

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  2. gracias David, llevaba tiempo dándole vueltas al tema, pero hoy me has provocado el comentario, eres el alma¡¡¡

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  3. Yo creo que el planteamiento de la industria editorial está clarísimo: en lugar de actualizar sus negocios y ofrecer lo que el público estaría dispuesto a comprar a un precio razonable, esperar a que la piratería les cause unas pérdidas que cifrarán en millones de euros y luego llorar a papá Estado para que les resarza, como a sus primos hermanos de las partituras.

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  4. Fernando,

    Interesante análisis, con el que coincido. Yo añadiría que una buena estrategia de posicionamiento del libro como producto hará incrementar las ventas de contenidos, por el efecto de compra por impulso: la facilidad de acceder al contenido, el precio razonable y una nutrida oferta son imprescindibles para eso.

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  5. Hola Fernando. Estupendo artículo, tienes mucha razón en general, pero te equivocas, creo, en los números (estos de derechoooo).

    El margen es fundamental. El libro que en librería cuesta 20, en amazon se vende a 16/17. Pero amazon se ahorra enormes costes de edición, impresión, almacenaje, logistica interna de sus fondos, distribución y /o correos; margen de detalle, (que se ahorra), coste de reediciones (aprovecha TODOS los posibles compradores, sin tener que esperar a reeditar), la inmediatez del consumo lleva a más consumo.

    Estas "pequeñas ventajas" son las que realmente conllevarán un aumento brutal de los márgenes de la editorial.

    Lo que ocurre es que las editoriales en este proceso son prescindibles. El autor (ya hay ejemplos) puede colocar su producto simplemente contoratando un alojamiento, con una pasarela de paypal o visa, y un ancho de banda pequeñín (porque bajar un libro es una minucia, comparado con una película u otro formato multimedia).

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