En los últimos días son varios los post que he leído sobre la protección de los derechos de autor de un blog. No voy incidir en el detalle de las recomendaciones que se daban en dichos post a la hora de reproducir, copiar o linkar un post en otro blog distinto del original. Por contra, si me parece oportuno abrir la reflexión a la deriva que lleva internet sobre el uso de contenidos ajenos.
El copy/paste o copiar y pegar al que internet nos ha acostumbrado a entender con una normalidad indiscutible ha impactado en negocios (cine, música y actualmente en el mundo del libro) haciendo desaparecer o trastocando drásticamente los modelos comerciales tradicionales. Ha impactado en el modelo educacional, ningún profesor que se precie mandaría ya hacer trabajos a sus alumnos, salvo que supongan un ejercicio de creatividad y de debate, junto con aportaciones personales. Los alumnos, y lo digo por propia experiencia, no tienen ni la picardía de formatear los documentos copiados entregando al profesor auténticos copy/paste en bruto, incluso, a sabiendas que más de un compañero entregará un documento igual que el suyo. Grave es que esto pase a nivel de enseñanzas medias, pero cuando lo ves en el mundo universitario donde la cita de algo que no es propio es sagrado, ya se percibe la cutrez en la que se cría nuestra sociedad. Evidentemente, el reflejo social que pueden ver nuestros jóvenes en la prensa actual no es una manifestación más del poco valor que se la da al trabajo y a la propiedad que genera dicho trabajo.
Y en este contexto, miles de blogueros disfrutamos compartiendo contenidos, opiniones, estudios con nuestros lectores. Lo que pedimos a aquellos que nos leen es que pulsen al 'me gusta' de Facebook, de twitter, de linkedin, de google+ o de cualquier otra red social. Que si reproducen nuestros contenidos en otro blog, tengan la deferencia de incluir el link al nuestro, pero activado, para que Google posicione nuestro blog mejor, que no hagan copias literales del mismo y si lo hacen lo hagan un tiempo más tarde para que Google no penalice nuestro blog como copiador de otro. Y es que, salvo excepciones, los blogueros no ganamos dinero con nuestro blog, sino una reputación que, también, va unida a la propiedad intelectual, a los derechos de autor.
Esta sensibilidad que se manifiesta desde diferentes blogueros es, precisamente, la que me parece loable y resaltable. Internet requiere de una conducta de respeto a la propiedad ajena. No seré yo quien tire la primera piedra, que como muchos otros internautas he de reconocer, también, que he pecado de una u otra forma en la apropiación de contenidos ajenos.
Va a ser difícil, por no decir imposible, recuperar los valores en una sociedad donde la corrupción corre en cualquiera de sus estructuras. Pero, cada uno, en su parcela, puede contribuir con su granito de arena. Empezando por uno mismo, por su familia, por sus amigos. Cuando una sociedad asume que el que incumple las normas es un héroe necesita una regeneración, una revolución, su destrucción... Cambiemos las cosas, en nuestro entorno, respetemos y crearemos riqueza y no delincuentes.
Fernando hacia tiempo que no te leía . Supongo que no has publicado.
ResponderEliminarComo siempre me parece muy sensato e interesante.
Saludo
Bribes = felipe Lopez
Eliminargracias Felipe, es un gusto estar conectados. saludos
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