Hace unos días, nuestro compañero
Alfredo Herranz (@alfherranz) nos
invitaba desde su
blog a la reflexión sobre la compra de seguidores en Twitter. Desde mi
actividad de observador de esta red social, he podido ver diferentes formas en
que abogados y despachos de abogados han engordado su número de seguidores, “presuponiendo”
la compra de seguidores.
Aclaro lo de "presuponer", ya que
si alguien quiere hacerte el regalo de incrementar tu número de seguidores con
seguidores falsos, sólo tiene que gastarse 20 euros, introducir el nombre del
perfil de Twitter y pagar (imposible saber que empresa te los está colocando). De repente tu
cuenta puede verse incrementada con seguidores extraños: chinos, árabes, rusos,
sudamericanos… con unos nombres de perfil un tanto extraños (normalmente
son combinaciones alfanuméricas), unas bios con frases grandilocuentes en las
que si hay enlaces son siempre aparentes (los saltos a Linkedin y Facebook son
siempre a la web de entrada) y la geolocalización siempre está desactivada,
aunque parezca lo contrario. Sus avatares están “robados” a miles de personas,
dado que son fotografías reales, con lo que consiguen tener la apariencia de
seguidores reales.
Son seguidores inactivos, aunque
las empresas que los promueven les tuitean cosas que repiten sistemáticamente la
mayoría de ellos y realizan RTs de la propia comunidad de seguidores falsos o
de usuarios de Twitter que han comprado RTs (de todo hay en la viña del Señor…)
Lo malo que tiene “cazar” a un
seguidor falso es que cuando vas a ver a quien sigues delata a todos aquellos
usuarios de Twitter que han comprado seguidores, con lo que te puedes llevar
alguna que otra sorpresa.
Este modelo de compra de
seguidores, siempre vinculado a políticos y famosos, puntualmente los he visto
en alguna cuenta de abogados y despachos de abogados. Llama mucho la atención
ver como usuarios a los que sigues de la noche a la mañana han incrementado en 3.000,
5.000 ó 10.000 sus seguidores. Cierto es que es muy fácil que pasen
desapercibidos estos incrementos, salvo que te hayan incluido en algún ranking como
el de Klout Spain o el de los Notarios y Registradores, en cuyo caso los
perfiles destacan e incluso se pueden monitorizar.
Ante la sospecha, la
investigación es sencilla, revisas los últimos seguidores y, después de unos
pantallazos, suelen asomar los seguidores falsos que se autodelatan por cumplir
las características antes mencionadas y por ir todos seguidos (sin ninguna
discreción).
Pero, ¿qué aporta esta compra de seguidores? Sinceramente, salvo llenarse
el ego de tener una cuenta con muchos seguidores: NADA¡¡¡ Bueno, sí, lo que
puede aportar es justamente lo contrario a lo que se pretende, que si alguien
levanta la liebre y señala tu cuenta por haber comprado seguidores tu REPUTACION ONLINE caiga por los suelos.
Esto es un riesgo que se tiene permanentemente, hasta que tu número de
seguidores reales crece y “tapa” a los falsos (Twitter se ralentiza cuando
pretendes ver en la lista de seguidores más de trescientos o cuatrocientos).
Hay otro modelo de compra de
seguidores, en este caso de seguidores reales pero que puede tener casi los
mismos efectos. Recientemente me llamó mucho la atención un despacho de
abogados que sólo había tuiteado tres veces y tenía más de 10.000 seguidores.
Estos son unos cracks¡¡¡ -pensé- e, inmediatamente, traté de analizar como lo
habían conseguido. Era un despacho de Madrid y no era uno de los conocidos, lo
que me hizo pensar en que había algo raro. Así que, revisando sus seguidores, descubrí
que mayoritariamente eran jóvenes y con ninguna relación con el mundo del
derecho. Vamos que tenía toda la pinta que esa cuenta antes de tener el nombre
del despacho en cuestión se había dedicado a tuitear cosas graciosas, chistes o
algo así y que su promotor la había vendido al despacho. No es la primera vez que
cuentas que tienen una finalidad de ocio se han transformado en cuentas
profesionales e incluso institucionales (de alguna administración). Hay
agencias que pueden facilitar cuentas de este tipo y preparar una introducción
meteórica en las redes sociales.
En estos casos, si el despacho
comienza a tuitear cosas sus seguidores se llevaran una sorpresa que no tendrá
muchos efectos de unfollows si el
tuiteo es puntual y con lenguaje sencillo, pero si se tuitea de forma abusiva y
cosas muy técnicas, lo normal será un abandono de los seguidores. Eso sí, si lo
que se espera es tener clientes, sería muy extraño que alguno lo fuera, más si
el despacho se dedica a temas de empresa o a materias muy lejanas a ese heterogéneo
grupo de seguidores. La calidad de los seguidores comprados no va a aportar más
que su número o volumen.
En suma, si lo que buscas son seguidores, sólo puedo recomendar que seamos
activos, que conversemos, que compartamos contenidos útiles y de calidad y que
no obsesionemos con ello. Más vale un seguidor real y activo que un millón de
falsos.
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