Encuestas, mentiras y porras varias

Pasó el 22M como un huracán de datos y resultados. Hace más de dos semanas presentamos en el taller de #politicatwitts por donde podrían ir los resultados electorales.


Así, despues de analizar los resultados históricos, me atrevi a lanzar mi quiniela sobre los resultados electorales, días despues, los otros dos ponentes del taller, Juanjo Domínguez (@juanjodom) y Javier Domínguez (@JdominguezJD) también se lanzaron a establecer sus previsiones electorales. Durante la campaña diferentes medios publicaron los resultados de sus encuestas. El resultado de toda esta especulación está en el siguiente gráfico.

En estas líneas si me gustaría analizar los resultados del 22M a la luz de los datos históricos electorales del Parlamento de Navarra.

En primer lugar, cabria decir que se está produciendo un cambio importante en la tendencia del voto en Navarra. El voto nacionalista alcanza el 29% superando, por primera vez, al centro izquierda que cae al 24%, un suelo similar al que se produjo en 1979. Esta situación la protagoniza, principalmente el PSN, con sus 51.054 votos, la segunda cifra más baja en las citas electorales al parlamento navarro. Mientras en el voto nacionalista se alcanza un techo de más de 92.000 votos (ya reflejado en el 2007 cuando NaBai sacó más de 77.000 sufragios y el voto nulo llegó a ser más de 15.000). Al aparecer como legales esos quince mil votos, el impacto no ha repercutido sólo en el centro izquierda, que ha sufrido una abstención cercana a los 20.000 votos, sino, también, en el centro derecha con una abstención de unos 13.000 sufragios, cayendo al 45% en su peso relativo.

Respecto al voto por tendencias políticas, las previsiones que manejé en el centro derecha se han cumplido tanto en UPN como en el PPN, así como la pérdida de parlamentarios de CDN. La suma de votos de UPN más PPN una pérdida de casi cinco mil votos. Más drástica es la caída de CDN en casi diez mil votos, con solo 4.561. Por otro lado, DNyE no ha alcanzado más que 960 sufragios, prácticamente sin impacto cuantitativo en este bloque.

Por el lado del grupo de las tendencias de centro izquierda no nacionalista, se cumplieron las previsiones con el PSN, con una tendencia a la baja en el número de votos, que no han alimentado a I-E sino al resto de candidaturas de centro izquierda y a la abstención. I-E ha alcanzado 3 parlamentarios, uno menos de mis previsiones. La expectativa de I-E estaba en aumentar unos seis mil votos de la alianza de IU con Batzarre, además de capturar voto del PSN. Con el incremento de 4.000 votos respecto del 2007, I-E parece no haber alcanzado ninguna de sus expectativas. El resto de partidos (Verdes de navarra, RCN-NOK, UPyD, Iniciativa por Navarra, Sain) están cercanos a los doce mil votos.

Así que, la abstención que han vivido los partidos no nacionalistas, la dispersión de voto y la puesta en escena de los quince mil votos nulos que tuvo el nacionalismo en el 2007, les ha llevado a la pérdida de 3 parlamentarios.

El total de parlamentarios de la tendencia nacionalista estaba en mis previsiones, la probabilidad de que tanto NaBai 2011 como Bildu movilizaran el total de los 92.000 votantes del 2007 estaba cantada. La cuestión estaba en cómo sería ese reparto. Los históricos de datos daban más peso a Bildu que a NaBai en una proporción 2 a 1. Aunque este comportamiento se ha dado en algunas localidades de la Merindad de Pamplona, no ha sucedido lo mismo en Pamplona y su cuenca. En concreto, en la capital navarra la proporción es casi a la inversa, tal y como se refleja en el voto al Ayuntamiento de Pamplona. La diferencia total entre ambas formaciones no llega a los siete mil votos, pero por primera vez en Navarra el nacionalismo “moderado” (si se me permite la expresión) supera al nacionalismo denominado “radical“ –en unas elecciones en las que hayan concurrido a la vez- a pesar de haber conseguido éste último cinco mil votos menos que cuando se presentó por última vez EH en 1999.

Con estas variantes, el mapa político de Navarra está manifestando un cambio en la tendencia del voto de izquierdas, con una tendencia al alza del nacionalismo con un crecimiento de 13 puntos respecto del 2004. Habría que analizar, además, y eso le corresponde más a los politólogos y a los propios implicados, si el voto nacionalista ha recibido en estos últimos años votos de izquierdas, tradicionalmente, no nacionalistas e insatisfechos.

En suma, los datos históricos reflejan muchas pistas de la evolución del voto, de sus nichos, de las áreas de influencia de unos y otros. En ocasiones, merece la pena analizarlos.